11/8/20

EL TOTALITARISMO ANÓNIMO

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El ponente, docto y seráfico, expone, siguiendo los puntos que se leen en la gran pantalla[i], las cuatro premisas que determinan las condiciones de las principales ayudas económicas europeas a los países de la, aún, Unión que se encuentran en situación más precaria. Como autoridad acostumbrada a tratar con altos dirigentes y miembro habitual él mismo de la cúpula, evita cualquier alusión directa a la gestión culpable de gobiernos concretos, muy en especial del suyo, y enumera a dónde se destinarán los miles de millones de euros. Éstos se clasifican en tres bloques, y el más codiciado y señalado en rojo por su volumen monetario está dirigido, por este orden, a programas de desarrollo nacionales centrados en los siguientes objetivos:

– Cambio climático.

– Descarbonización del transporte y de los sistemas de climatización de los edificios.

– Digitalización y puesta al día de la tecnología del país.

– Política de recursos humanos.

Los otros dos bloques vienen en muy segundo y tercer lugar de prioridades y representan cantidades notablemente menores. La exposición es tan tersa, tan simple y aparentemente intachable que se diría planea, en su proyección sobre la pantalla blanca, por encima del bien, del mal y de cualquier crítica. Sin embargo enciende en el interior de la observadora externa, lega en materias de economía pero no totalmente desprovista de sentido común y fibra humana, una gran interrogación que parpadea con las luces rojas de la alarma. Aquí, de la manera más civilizada del mundo, se está disponiendo de la forma de vida de millones de personas sin la más mínima consulta ni asomo democrático. Con el chantaje subyacente de o esto o ni un céntimo y a pasar hambre, y el peligrosísimo corolario del que el gobernante a quien se le entregue con tales condiciones tal suma tiene nada desdeñables posibilidades de promocionarse como dictador fáctico aplaudido por una corte de parásitos y por una población aislada, confinada, menesterosa y online. A la ciudadanía se le está robando para siempre lo que cotidianamente prefiere, sin que medie consulta, sin términos medios, sin razonable proporción entre avances técnicos y el sistema (fusionado con el cambio de régimen) y arbitrariedad que se pretenden imponer. El afable profesor está presentando, como un nuevo Moisés que desciende del Sinaí del Banco Central Europeo, en nombre de una entelequia llamada Futuro y que aventaja con mucho al viejo fundamentalismo religioso, un totalitarismo de última generación tanto más peligroso cuanto anónimo y, aparentemente, irrefutable, blindado por lo que se presenta como necesario ritmo del progreso científico ante el cual sólo decrépitos reaccionarios y estúpidos luditas presentarían objeciones.

¿Dónde está, en el esquema, la prioridad aquí y ahora de las personas, prioridad que en este caso aúna urgencia, evidencia e importancia? ¿Por qué han desaparecido aquéllos que quieren, pueden y saben ofrecer un trabajo y servicios que son los que la inmensa mayoría de los ciudadanos eligen,  prefieren y que no pueden eliminarse de golpe y masivamente para sustituirlos en bloque por medios telemáticos y control estatal? ¿Dónde están la felicidad, la salvación, la existencia real, limitada, perecedera, única, de los seres humanos concretos, no los de un utópico futuro ni los imaginarios habitantes de sociedades y ciudades de cálculo y proyecto, ni los pobladores de un planeta verde, cristalino y preferentemente despoblado, mediante selección planificada, del desagradable e irrelevante lastre de los reticentes a programa tan impecable? ¿Quién escogería esperar conexión y dialogar con una grabación y una máquina si puede ser atendido por un ser humano de entre los millones disponibles para reincorporarse a su empleo.? ¿Quién exige ver calles desprovistas de pequeños, medianos y grandes comercios para, en su lugar, comer y consumir cada día lo que les ofrezca la pantalla? ¿Dónde está la multitud que arde en deseos de sustituir su pausa del café, la tortilla y los amigos por el holograma y el vídeo?.

El esquema no por atildado y escueto es menos terrorífico. En  las prioridades de la Unión Europea para inyectar fondos según programas nacionales no figura en modo alguno la que debería ser meta primera de sus desvelos y sus esfuerzos: Los que los necesitan y lo que ellos realmente quieren, el tipo de vida que votan por vivir y respecto al cual nadie les ha pedido opinión. Éstos, en finalidades de los que desde las alturas los ignoran, no aparecen, aunque su rango sea muy superior a las mutaciones de un planeta que no cesará nunca de cambiar ni de variar el ángulo de su eje. Se desdeña alegremente a los individuos porque se impone la concentración del interés y del dinero en la vasta, universal y completa implantación de un sistema absoluto, anónimo, infinitamente gregario bajo su apariencia de paraíso de las diversidades.

El cacique bonsai

Naturalmente las directivas tienen una transposición local mucho más tierra a tierra que lo que con tan etérea nitidez exponen los parámetros económicos del Banco Central de la Unión Europea. El reparto de miles de millones a programas abstractos que recogen tópicos populistas ajenos al control, a la eficacia y a la más elemental empatía con los destinatarios es terreno perfecto para gobiernos, presidentes, asesores y políticos, a los que se deja manos libres para embolsarse, repartir y malversar el botín. No pueden pedir mejor esquema logreros sin nivel moral e intelectual alguno. Es el ideal de los caciques siglo XXI para disponer, sin oposición, de un ganado acobardado por la pandemia, silenciado por el régimen de excepción perdurable y envilecido por la impotencia servil, una ciudadanía que ha dejado de serlo porque está sumergida en el especial totalitarismo sin líder, sin doctrina, sin límites, previsiones ni horizontes, en el que deben aceptar que cuanto sucede o es inevitable o, gracias a las disposiciones oficiales, el menor mal, sin responsabilidad personal ni eficacia controlable. Es de esto buen ejemplo, la España de 2020.

En este marco, las catástrofes de origen externo, naturales o no, -véase la pandemia vírica- son para los dirigentes de lance un regalo de los dioses siempre y cuando el gran jefe evite escrupulosamente asociar su imagen al lado oscuro, el de la enfermedad, el error y la muerte. La calamidad externa, gestionada cara al público, lo exime de responsabilidades, controles, plazos, reglas, críticas y leyes y le entrega a una población indefensa, dependiente, atemorizada, empobrecida e incapaz física y psicológicamente de contestación y resistencia alguna, tanto más en sazón para el totalitarismo siglo XXI cuanto que se sabe, por pasivo apoyo (regado por la peor ignorancia, que es la aparente lluvia de noticias) partícipe por omisión en la vileza de disposiciones nefastas. La gran calamidad es providencial: Permite excepcionalidades indefinidas que aseguran dominio absoluto y justifican, como los estados de guerra, la anulación de todos los derechos individuales y jurídicos propios de una democracia y la apropiación del país y del Estado. Viene, además, oportunamente a reemplazar los otros mitos, ya desgastados, utilizados en la ficticia lucha mediática y verbal contra un eterno enemigo creado, exhumado y maquillado al efecto. Sumado esto al vaporoso milenarismo de dogmas climáticos, genéricos y planetarios, la sumisión general, la anulación de las libertades y la completa impunidad dirigente están garantizadas por incomparecencia de contrario. El inexistente dios llamado Futuro ha desplazado del Olimpo a todos los demás. Con la ventaja de que con él la iconografía sale gratis, las profecías son de imposible verificación, la elección para el cuerpo sacerdotal no requiere títulos ni calificaciones, los dones son gestionados, a beneficio de inventario, por la élite del nombramiento recíproco, y las víctimas de los sacrificios, perecedero lastre a fin de cuentas, son eliminadas social, -y físicamente,-pandemia mediante- por imperativo absoluto de exigencias de la Modernidad y el Progreso. Futuro es el dios más cómodo que existe. Porque no existe.

En el extremo inferior de lo que parecen altas decisiones, tomadas por expertos despegados de la contingencia banal y que dictaminan sub specie aeternitatis sobre circunstancias y temas impersonales de tinte pseudocientífico y cargados de la obligada aquiescencia de lo religioso, existe una dimensión nada abstracta, un polo bien hundido tierra a tierra en el aquí y el ahora, la de cuantos  parasitan, en nombre del nuevo evangelio y mandamientos, al resto y viven como nunca por sus merecimientos habrían soñado. Al Jefe repartidor y dueño fáctico de vidas y haciendas sus  propias mediocridad y vaciedad le aseguran el puesto. Es precisamente su ansia de poder, dinero y súbditos, desnuda de méritos, el pilar más sólido de su permanencia y la substancia que une su destino al de sus clientelas. Nada hay en este armazón visible más que la dureza inamovible de la armadura de ambición y codicia que recubre la nada, a la que ni siquiera acompaña al menos el aura negra del criminal, del dictador sanguinario, del mercenario audaz Aquí no existe sino el completo vacío de inteligencia o moral. Sólo instinto, placer del podio y la sumisión y embriaguez de los vítores tras el reparto. Su necesidad de agentes exteriores, en forma de propaganda y distorsión de los hechos, es proporcional a la vacuidad interior, a la ausencia, debajo de la corteza de apariencias, de cualquier elemento sólido, válido o significativo. No utiliza, es propaganda.

El cacique primario desconcierta al analista del siglo XXI, al comentador, que no espera tal vaciedad acorazada. El analista no advierte que este tipo actúa sobre terreno sembrado, que él es el fruto y reflejo exacto del mínimo común denominador que ha procurado abonar en el país que lo produce, que el emperador-bonsai somete a ya sometidos y con decidida vocación y entrenamiento de serlo. El miedo de la epidemia añade un ingrediente exculpatorio al asentimiento al cacique. Es bien recibido por un pueblo ejercitado en el odio a cualquier grandeza y en la abominación de las nociones de país propio, igualdad nacional y ciudadanía. La impotencia ante el sistema anula la responsabilidad propia, El imperativo online y el anonimato de sectores enteros de los que no se puede esperar respuesta corren paralelos al enriquecimiento de los mercaderes informáticos que, a su vez, alfombran camino a la ausencia, indiferencia, negligencia y virtual desaparición, excepto a la hora de embolsar beneficios, del sucedáneo de representantes democráticos en parlamentos que ya no tienen de ello más que la fachada y el nombre. Los supuestos grandes proyectos, a décadas y siglos vista, verdes, ecológicos, amigos del planeta y de la ingeniería social, ofrecen el inapreciable don de la perfecta imposibilidad de auténticos medida y control y el simultáneo derecho de pernada sobre cualquier aspecto de la vida cotidiana de los antes ciudadanos y ahora sujetos. El grupo del cacique y su entusiasta o temerosa corte pueden hacer con ellos cuanto quieran, quitarles el transporte público donde y cuando les plazca, dictaminar sobre sus actos más íntimos, eliminar libros, condenar palabras y pensamientos, gravar alimentos a su antojo, condenarlos por leyes fabricadas al efecto, anular cualquier vestigio de los derechos y libertades anteriores, ordenar rituales de adoración planetaria y beatificación de delincuentes. Es importante que la arbitrariedad, como la omnipotencia, se hagan norma porque nada somete de forma más férrea que la inseguridad.

La tercera fase

No en vano sólo en el cuarto punto de los programas marcados por la U. E. aparecen los seres humanos actuales, como una parte de la biosfera que no habrá más remedio que tener en cuenta en espera de que el tiempo, los virus y el hastío e impotencia ante el mundo que se les ha impuesto procedan a la necesaria selección. Se los aprovechará como mejor se pueda, su felicidad, opinión y albedrío a nadie importan, ni al consejo de doctos programadores y directivos ni al puñado de grandes empresas telemáticas ni a su fiel corte del tándem gobierno/oposición, colaboradores y clientes de un totalitarismo en el que las personas están radicalmente inermes, en un grado jamás conocido, frente a un sistema sobre el que  no tienen la menor posibilidad de control, blindado ante cualquier crítica so pena de acusación de caducos luditas culpables de abominable rechazo a la modernidad y la ciencia. Se han vivido épocas más peligrosas, inseguras, pero ninguna, en la historia toda de la Humanidad, la dependencia e indefensión han sido semejantes.

Como los grandes ríos, el curso creciente y ahora arrollador del totalitarismo anónimo tiene un reducido punto de nacimiento, aquél en el que dejaron de considerarse los hechos concretos de individuos concretos y se pasó a clasificar, como a ganado de genética inmutable, a los humanos en grupos de dualidad opuesta que los situaba en el Bien o en el Mal. Se abandonó la valoración racional, la evidencia, el valor concreto de sucesos e individuos, y se sustituyeron juicio, cambio, análisis, pensamiento por dualidades tan gregarias y gratuitas como falsas, que automáticamente colocaban en la zona benéfica o en la maléfica y eliminable. Véase la Lucha de Clases, Derechas/Izquierdas, Progresistas/Reaccionarios, y toda su progenie. Minorías (siempre oprimidas/Mayorías (siempre opresoras), Víctimas/Verdugos. Como el victimismo vende bien y la comunicación debe colocar su producto al por mayor mientras que el individuo responsable de sus actos, y de sus méritos, no es rentable, la falsa dualidad goza del mejor de los mercados. España ha cultivado el chantaje dual hasta la extenuación, con tan especial ahínco y tan abundante cosecha de parásitos que se ha ganado por sus propios méritos el título de país fallido, como no podía ser menos en el caso de uno que abomina de nombre, símbolos, historia, entidad nacional y lengua propios,

El dualismo no ha cesado de avanzar armado del chantaje verbal, cultural y mediático, en espera de la deseada, y que ya comienza a ser real, confrontación física. Hasta implantar un clima de guerra civil social maniquea que prolifera como la peor pandemia.

Tiempo de dictaduras anónimas, que, con objetivos milenarios,  mitología pseudocientífica y planteamientos de un frío fundamentalismo, sustraen derechos, libertades, placeres, pasiones, evidencias, contacto directo, reunión, expresión, gozo, tristeza, pasiones, soledad, honradez elemental y cuanto constituye el núcleo humano del individuo. En las contabilidades de un puñado de empresas y de los aspirantes a pequeño césar, de los gestores, asesores, presidentes y grupos políticos sin más horizonte que conservar y aumentar cotas de poder y cantidad de ingresos, país y Estado pasan a ser un simple botín, la democracia deja de existir, la palabra civilización pierde su sentido. De no pasar a la defensa de valores y logros infinitamente mejores que los que se pretende imponer, se va al tipo de sociedad ya esbozada por varias obras de ciencia ficción, con sólo dos clases de hombres: la masa del ganado productor, consumidor y servil y la capa rectora, única en tener acceso al jugoso fruto de la vida real y libre.

Rosúa

[iC]iclo de conferencias sobre la situación de España en Europa. Madrid, octubre 2020. Caixaforum Cátedra.

05/20/20

CHINA 1973-74 fOTOS

https://www.elrincondecasandra.es/china-1973-74-fotos/CHINA: VISIÓN Y MEMORIA DE 1973-74

FOTOS Y PALABRAShttps://www.elrincondecasandra.es/tesis-doctoral-completa-china-1973-74-lenguaje-totalitario/

De M. ROSÚA

 

Un ciclista lee un tadzupao

 

Un ciclista mira los tadzupaos (escritos en grandes caracteres) pegados en un muro en Pekín.

Pocas cosas son tan engañosas como la aparente libertad, la multitudinaria, siempre apoyada en colectivos, pueblo, gente, en grandes y visibles adhesiones y reuniones públicas y carteles que pegas por doquier, mientras que en las librerías sólo encuentras las obras del Líder, del Tetramorfos del Comunismo (Marx, Engels, Lenin, Stalin -fue hermoso mientras duró-, reemplazado luego por Enver Hoxha -mientras duró fue hermoso) y poco más.

Los tadzupaos llamaban al pueblo (siempre colectivos) a la rebelión con la frase de Mao “Hay que ir a contracorriente”, a la cual un extranjero apostilló: “Cuando todos vayan contra corriente yo iré contracorriente”.

 

 

Shanghai 1974, durante el breve viaje al sur y una de las pocas fotografías de él que se salvaron del expolio por los dirigentes en el aeropuerto.

 

 

Pekín: Llegada. Recepción. Visitas.

 

El Hotel de la Amistad. (Tenía muy poco de ella en lo que al ambiente se refería).

El “Hotel de la Amistad”, en Pekín. El enorme edificio de estilo soviético albergaba a los cooperantes extranjeros y fue residencia de la autora. Las principales ciudades del país tenían estos alojamientos, todos semejantes en nombre y en estilo, con el típico gigantismo socialista y tocados de tejados de diseño local para darles un aire chino. Estaba, y se supone que está, en las afueras de la capital.

La utilización de la palabra “Amistad” para este tipo de edificios era preceptiva, e inversamente proporcional a la relación personal, cálida y sincera que tal palabra implica. En esta clase de regímenes el mundo se divide siempre en amigos y enemigos, según la consigna imperante. Los individuos del país, bañados por una propaganda indistinguible de lo que sus sentidos podrían llegar a percibir o experimentar, hacen suya la terminología, que modela la realidad y las ideas y pueden cambiar radicalmente de opinión de un día a otro según la consigna.

 

 

Museo de Historia. Pekín. Bandera de la revolución campesina, con un arado.

El Museo lo era de una Historia recortada, purgada y seleccionada según los criterios del Partido Comunista. La Historia se modelaba según las consignas del momento. La realidad, los hechos concretos, no existían como tales. Como en el plano físico, el Partido seleccionaba también en el temporal e intelectual lo que correspondía a la imagen mental fijada como ortodoxa, pero en sí muy insegura, pues dependía de la voluntad cambiante del Líder.

 

 

El puente del Palacio de Verano. Fiesta Nacional.

Fiesta Nacional. Pekín, Palacio de Verano. La neblina ha ido levantando durante el día y permite apreciar con mayor claridad la hermosa simetría del puente del Palacio de Verano, punteado por los globos y banderas rojos (todo siempre en rojo y sólo rojo) de la Fiesta Nacional.

 

 

 

Típico cartel con los iconos del régimen.

Típica iconografía del Partido Comunista Chino: Obrero (estrechando los libros de Mao), Campesina y Soldado dispuestos a aplastar ideológica y físicamente a los “enemigos” del régimen socialista.

 

 

En la Fiesta Nacional.

La gente acude a la Fiesta Nacional. Obsérvense vestimenta y expresiones.

 

Más banderas rojas, que, junto a los farolillos igualmente rojos, es la decoración monocroma de la Fiesta Nacional. El león es una estatua antigua, con símbolos del poder y fuerza del país, por lo que se salvó de la destrucción artística de la Revolución Cultural. Funcionarios y visitantes -chaquetas azul y gris- deambulan por el recinto ferial.

 

 

 

 

Niños bailando y cantando las alabanzas a Mao y el Partido.

Espectáculos de danzas infantiles durante la Fiesta Nacional. Todos los niños llevan el pañuelito rojo de pioneros del Partido y cantan sus alabanzas.

 

Representantes oficiales de las minorías nacionales con el enorme cartel de propaganda al fondo y paneles con diversas fotos y textos sobre los éxitos del régimen. En primer plano se encuentra el del Tíbet, país invadido por China en 1950 y ocupado hasta la fecha. Hay también uigures, hui, etc. Todos sonríen.

 

Los actores se preparan para el espectáculo

 

 

 

Los empinados escalones de la Gran Muralla.

 

 

La  Gran Muralla parecía lindar con la nada.

 

La Gran Muralla, los otros muy pequeños.

 

El largo camino hasta la torre de vigilancia. A veces en la Gran Muralla había incluso soledad.

 

En el camino a las tumbas Ming. Acompañantes.

 

Escalinata real.

 

Pekín. Entrenamiento en un parque.

Pekín. Artes marciales.

 

 

Pekín. La grande y solitaria avenida.

 

Pekín. Puerta antigua o imitación de las antiguas, destruidas durante la Revolución Cultural.

 

 

Pekín. Arco y puerta antiguos.

 

 

Pekín. Moto de limpieza.

 

 

Pekín. Un cooperante francés.

 

 

Pekín. La cooperante española.

 

 

Pekín

 

 

Pekín

 

Pekín. Día de fiesta. Fotos en la plaza principal.

 

Pekín

 

Pekín.

 

Pekín

 

Pekín. Gigantescos palacios del pueblo (=edificios oficiales). Entremedias bien poco.

 

Pekín.

 

Pekín.

 

 

Pekín. Museos, etc.

 

 

Pekín. La entrada al parque.

Pekín. La avenida, como siempre semivacía y con carteles gigantes.

 

Pekín; obviamente.

 

Pekín centrísimo.

Pekín. Alrededores.

 

 

Pekín. Carteles de las óperas-ballet revolucionarios (siempre los mismos), en alabanza de Mao y del Partido Comunista Chino. Esa media docena de espectáculos eran los únicos.

 

 

Pekín. En un centro de enseñanza. Carteles con consignas

 

 

Pekín. Consigna gigante

 

 

Pekín. Jóvenes mirando tadzupaos (escritos en grandes caracteres).

Pekín. Habitación de la cooperante española.

 

 

Pekín. Desde el balcón de la cooperante española en el Hotel de la Amistad.

 

Pekín. Habitación de la cooperante.

 

 

Pekín. Mercado.

 

 

Pekín. Pared con tadzupaos y observadores.

 

 

Pekín. Tadzupaos y gente.

 

Pekín. Leyendo tadzupaos.

 

Pekín. Guardia urbano, Lenin y Stalin.

 

 

Pekín. Abuela con pies vendados.

 

Pekín. Tadzupao.

 

Pekín. Leyendo los tadzupaos.

 

 

Pekín, lector y tadzupao.

 

Pekín. La gran plaza.

 

Pekín. Una guía.

 

Pekín. Garita de seguridad.

 

Pekín. Profesores durante la sesión de trabajo manual.

Profesores en trabajo manual

 

Pekín. Calle.

 

Pekín. Señora con pies vendados

 

 

     SIAN

 

 Sian. M. Rosúa, profesora de español, frente al Hotel de la Amistad, donde se alojó toda su estancia. Había tres huéspedes, extranjeros: Un matrimonio mayor, de Sri Lanka, profesores de inglés, y ella.

 

Sian. La profesora de español en una fábrica, con el profesor de español y traductor Chü-ye, un dirigente local del Partido y otros acompañantes.

 

Sian. Trabajo manual en el instituto con la cosecha de algodón.

 

Obras y alumnos en trabajo manual.

 

Sian. Rosúa, profesora española.

Sian. Alumnos y profesores de español, y la profesora española, en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Sian.

 

Sian. Alumnos en trabajo manual.

 

Sian. Trabajo manual en el instituto.

 

Sian. Niñas amigas de la profesora de español.

 

 

Sian. El niño del profesor Chü-Ye y los cerditos.

 

Sian. Consignas en el Instituto.

 

Sian. Niños.

Sian. Director y profesores.

 

Sian. Señora de una comuna cercana.

 

Sian. Señora de la comuna.

Sian. En la comuna.

 

Sian. En la comuna.

 

Sian. La pagoda de la Oca. De hecho, en Xian había dos pagodas: la de la Pequeña y la de la Gran Oca. La autora no puede decir con certidumbre qué Oca era la que visitó.

 

Sian La pagoda. Era un hermoso edificio antiguo, de los pocos que se habían salvado de la Revolución Cultural. El número de pisos representa las etapas a la perfección espiritual. Se conservaba y enseñaba para mostrar que el Partido Comunista respetaba las religiones, en este caso el budismo.

 

Sian. El airoso tejado de la pagoda.

 

Sian. El remate de los tejados es con frecuencia una campanita.

 

 

Sian. En la pagoda. La profesora española. Era un lugar hermoso y de paz.

Sian. El monje de la pagoda.

 

Sian. El monje en la pagoda. Era afable, tranquilo, distante, educado, resignado ante los manifiestos ignorancia y desprecio hacia la religión de los miembros del Partido que dirigían la visita de la profesora española

 

Sian. En el camino a las tumbas reales, la mayor parte aún no excavadas pero claramente bajo las colinas artificiales. Allí estaba la del emperador y los famosos guerreros, pero se mantenía en secreto.

 

Sian. El camino real y las estatuas guardianas.

 

 

Sian. León guardián de las tumbas reales.

 

Sian. Antigua estatua de guerrero en el camino real.

 

Sian. Caballo alado en el camino real.

 

Sian. Los guardianes reales.

 

Sian. Los caballos del sendero real.

 

Sian. Con las estatuas decapitadas.

Sian. En el Museo Arqueológico. Decoración mural.

 

 

 

Sian. En el Museo Arqueológico.

 

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Sian. En la visita a la zona de enterramientos reales. La profesora española con el intérprete de José Castedo y el simpático guía del lugar.

 

Sian. En la visita a la zona de enterramientos reales. Antiguas esculturas de caballos, elefantes, etc. La profesora española.

 

Sian. Estatua de guerrero guardián.

Sian. El fiero y muy antiguo guardián del camino a las tumbas.

 

Sian. Estela y guía.

Sian. Caballo de piedra del camino a las tumbas reales.

 

 

 

Sian. Una de las estatuas del camino real.

 

Sian. Una de las estatuas del cortejo hacia las tumbas reales.

 

Sian. Estatua del camino real maltratada por el tiempo.

 

Sian. Estatuas del camino real decapitadas (¿Revolución Cultural?)

 

Sian. Pilar del camino real.

 

 

Sian. Estatua de camello bactriano. Avenida a las tumbas reales.

 

Sian. Intérpretes y José Castedo, que vivía en Pekín e hizo una visita a Sian. Castedo era el único español que se había quedado en China durante la Revolución Cultural y se proclamaba absolutamente maoísta comunista y del sector de Álvarez del Vayo. Decía, con cierto furor, ¡Yo estoy con los chinos siempre!. Parece que esa fidelidad incondicional, de ideología pasional, y su trabajo de años, no fueron luego reconocidas como correspondía por las autoridades chinas.

Sian. José Castedo.

 

 

Sian. El intérprete de José Castedo y la profesora de español.

 

Sian. Chü-Ye, profesor de español.

 

Sian. Zona antigua y museo. Intérpretes, acompañantes y la profesora española.

 

Sian. En la habitación de Rosúa, la profesora española, con el acompañante de Castedo, que era un dirigente del Partido Comunista Chino.

 

 

Sian. Visita a una fábrica, con un dirigente, el profesor Chü-Ye y la profesora española.

 

 

Sian. En el Hotel de la Amistad (todos lo eran), un profesor de francés de paso, su intérprete y la profesora española.

 

 

 

 

Sian. La pagoda de la Gran Oca.

 

Pequeña pagoda

 

Sian, de oca en oca. La pagoda de la Pequeña Oca (tal vez, y la otra es la Gran Oca).

 

Sian. En el Instituto. Un grupo folclórico, directivos y profesores chinos y profesores extranjeros. En el centro un matrimonio de Sri Lanka, profesores de inglés, y la profesora de español a su lado.

 

 

   

 

Viaje por el sur

 

Kweilin.

 

 

En el viaje por el sur

 

Obreras del astillero de Shanghai.

 

En el sur de China. Bicitaxi habitual. Los automóviles eran en los setenta escasísimos y reservados para altos cargos y usos oficiales.

 

Los grandes ríos del sur en plena época de lluvias, con su transporte en barcazas.

 

Kweilin. Por el río en una lancha. El poco fondo obligaba a que se ayudaran de palos para impulsarla.

 

 

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La niña y las plantas del sur.

 

 

 

 

 

En Cantón. Ciclista.

 

 

 

 

 

 

PEKÍN

 

Pekín. Trabajo manual en el Instituto; donde el ambiente era muy diferente de Sian, sin cordialidad alguna. El centro tenía fama de haber sido una plaza fuerte de la Revolución Cultural y rezumaba comisariado maoísta.

 

Pekín. Trabajo manual en el instituto.

 

Pekín. Trabajo manual en el instituto.

 

 

Pekín. Trabajo manual en el instituto.

 

 

Pekín. Trabajo manual en el instituto.

 

Pekín. En el mercado.

 

 

Pekín.

 

Pekín. Una de las óperas revolucionarias, único espectáculo teatral que había.

 

Pekín. Entrada al Instituto de Lenguas Extranjeras.

 

Pekín. En el instituto. Trabajo manual. Alumnos.

 

Camino a las tumbas. Estatua de elefante sumiso

 

 

Camino a las tumbas.  Caballo en espera de jinete.

 

Camino a las tumbasPerro fiel y feroz, según con quién.

 

Pekín. Películas revolucionarias (las únicas).

 

 

 

 

Shanghai 1974

Segundo viaje al sur, antes de hacerme salir del país y quedarse con buena parte de mis fotografías.

04/19/20

CARTA ABIERTA A (CASI) TODOS LOS GOBIERNOS DEL MUNDO

https://www.elrincondecasandra.es/carta-abierta-a-casi-todos-los-gobiernos-del-mundo/Desde Madrid, pero urbi et orbi y sine die

Carta abierta a (casi) todos los Gobiernos del mundo

 

Esto es una petición de auxilio y de acogida. El lugar que muchos de ustedes conocen por sus vacaciones ha demostrado, definitivamente, que es invivible y, gracias a la prueba del algodón de la pandemia, ha alcanzado y puede alcanzar, con activa cooperación o pasividad sumisa, las mayores cotas de peligrosidad y estupidez.

Aquí no hay ciudadanos, ni individuos que pretendan serlo. Hay una mayoría ovejuna con probable carga genética de los perros de Pávlov que tan sólo sabe reaccionar a la contraseña condicionada y a que le arrojen el hueso de subvención o de cuota, mientras se van hundiendo ellos y la perrera. Los actos de generosidad, la espontánea bravura que ustedes, desde el exterior, románticamente exaltaron en el pueblo español era simplemente puntual, obra de impulsos en ocasiones concretas, sin conciencia ni compromiso ciudadanos, ruidosos enfados a los que sigue siempre la obediencia y temor al cacique. La palabra democracia es un simple traje de los domingos que le presta una promoción inmerecida. A la hora del filtro de elecciones y defensa conjunta de lo que debería ser su país, leyes y derechos no hay sino la vieja tribu y el acostumbrado amo que paga la borrachera de rencor y envidia y reparte raciones de emergencia.

Inglaterra, si me acogieras. Tú valiente, convencida de esos valores que hay que defender, Inglaterra, país de ciudadanos, no de vasallos, no de resignados al “Es lo que hay”. “Hay lo que nos echen”. Inglaterra, país de libertades y de respeto por los individuos, por su vida privada y por la ciencia, la cultura real y la grandeza. Nunca debí dejarte, y aun antes de dejarte te añoraba, presintiendo tristezas de tu ausencia. Siento que te detuvieras en Gibraltar, que no subieras mucho más hacia el norte. Habría dignidad, no rendiciones. Nunca supe de libertad tan honda, del respeto en la vida cotidiana como en ti los sentí. Por ello estás en la primera de las muchas puertas a las que llamo, mientras atrás dejo la vergüenza de mi propio país de nacimiento que se complace en ser por siempre víctima, mendiga de limosnas y amargada por la valía y bienestar ajenos. Si me abrieses tus puertas, si lo hicieras…Todavía, quizás, de cuanto tengo algo hay que yo pudiera darte y compensar lo mucho que me diste y que hasta hoy en día me alimenta.

Quizás ni lo conciben ni lo advierten, países de esa puerta a la que llamo. En mi triste nación, hoy el líder mundial de fallecidos por millón de habitantes y en cabeza de enfermos, sanitarios infectados, no ha habido protección, ni mascarillas ni pruebas sobre el virus. Aquí se muere solo, hay un triaje según la edad para obtener o no respiradores, está prohibido el negro como el luto, como la libertad, no queda espacio sino para la loa y propaganda. De todos en Europa, este pobre país está en cabeza del más largo y total confinamiento, camino llano hacia la dictadura, para el control sin límites ni leyes En el triste país que ha sido el mío nada extraño tendría que el Gobierno, ese amasijo de maldad y torpeza, esté ya fabricando, a manera de estrellas amarillas, marcas según la edad, largos listados de población caduca, prescindible, ajena a su interés y sus votantes, títulos de apestados. No bajarán de trenes, no saldrán ni a la puerta de la calle. Les darán el color que corresponde, con amables sonrisas protectoras, indicando el camino del encierro de su lento exterminio.

Nueva Zelanda, tu lejana puerta podría ser mi hogar. Conozco tu pureza y tu belleza, te he visitado en varias ocasiones. A ti quería volver cuando estalló la peste. Y ahora, un simple refugiado, si hay seguridad de mi limpieza, de que nada hay en mí que contamine tu especial hermosura, tu cristalino espacio, entonces considera permitirme el acceso y comparte la paz y limpidez que a ti te sobra. Algo te podré dar. Hasta el alma los virus no han llegado. Tal vez la blanca y verde altura, tus montañas, el mar lleno de vida, los helechos gigantes y las flores violeta, los volcanes, los raros animales refugiados en ti, a mí semejantes, vuestro respeto por cada individuo, tendrán poder para curar recuerdos del mísero temor, de las mentiras, de vileza esparcida y aceptada en mi anterior país.

Lo que era mundo, horizontes infinitos, se ha vuelto fortaleza, vallas, muros, sin aeropuertos, trenes ni aviones. Pero sabed que os llamo y os preciso, y que vosotros, exclusivamente, disfrutáis del poder de rescatarme. Dejadme entrar donde vivir aún pueda y ser una persona como otras y sacudirme el polvo y la vergüenza de lo que fue el lugar en que he nacido. Alemania, demuestras que aprendiste la terrible lección del genocidio y hoy abominas de segregar viejos, dices que todas vidas son iguales, con la clara nobleza que te honra. De España te separa la elevada frontera de los muertos que tú no has tenido, la ordenada manera de aislar lo imprescindible, respetando las libertades, exactamente iguales para cada uno, mayor, adulto, niño, ciudadanos al fin, justo por serlo. A cuantos huiremos de la marca, de la segregación, del nuevo ghetto, del acoso anunciado y propaganda que ya el Gobierno incuba para ofrecer carnaza a los vasallos, ofrécenos asilo, danos días de la igualdad debida a los humanos. Pues te honrarás con ello en la medida que un país de verdad siempre merece.

Nunca debí volver. Cinco países en los que he vivido. Y más de un centenar recorrí sola. Nada tengo en común con el que sueña conque haya siempre más inquisiciones, con el gordo parásito que vive de momias y de mitos de una guerra, de un dictador que fue y les alimenta. Nada que ver con quienes no persiguen a los que ponen bombas y prefieren que los azucen contra quien gobierna. Ninguna relación con los que añoran, de todos los sistemas, los peores, sangrientas dictaduras de cuantas hubo y en el mundo han sido.

Países (casi) todos, me es preciso llamar a las fronteras, dejando atrás el viejo, el muy sincero amor que tuve a la nación que un día fue la mía. Ya no lo es y no va a serlo nunca. Solo entre todos, es país que elige odiarse, rechazar su nombre y su bandera, y vota a un amasijo de ratones que quieren lo mediocre a su medida.

Les ruego me acojan dado el peligro que corro si no me dan asilo. La limpieza en forma de encierro, segregación permanente y adiestramiento de la chusma para que acose, persiga, denuncie y arrincone a la gente de mi edad está en camino, es inminente. El volumen de frustración acumulada en millones de personas sometidas a un aislamiento innecesariamente extremo por ser consecuencia de la absoluta imprevisión, manipulación, estulticia del Gobierno es tremendo, buscarán en quién desahogar su rencor, y, como se trata de un país particularmente cobarde, embestirá, en cuanto le abran la puerta del redil, contra el blanco más más cercano, marcado para ello por las leyes de segregación. Esa víctima propiciatoria, nombrada leproso en potencia por todos los canales oficiales, serán los viejos, que, gracias a la sed de propaganda, el sectarismo y la colosal ineptitud del partido en el gobierno, han muerto a millares, de forma angustiosa, dolorosa e indigna, avalada incluso por protocolos la atroz selección de los que convenía dejar morir.

A la memoria vienen las líneas de la última carta de Petronio, el árbitro de la elegancia, dirigida antes de suicidarse al emperador Nerón. (Sí, orgulloso prohombre del Gobierno, sí. Recuerde, Quo vadis? Es latín; ¿sabe? Ustedes prácticamente lo eliminaron cuando destruyeron el Bachillerato y la buena Enseñanza Pública). Petronio dice a Nerón, quien se enfada bastante, que puede excusarle por haber matado a su mujer, asesinado a su madre, por haber incendiado Roma, pero que lo imperdonable es que se empeñe en declamar horriblemente horribles versos: Mata, pero no cantes. Tortura, pero no bailes. Incendia, pero no hagas poemas.). Parafraseándolo, al Gobierno actual español, ese amasijo de tribus nacionalistas y comunismo revenido encalado de fatuidad, codicia y solicitud viscosa, habría que decirle:

Miente, pero no susurres.

Traiciona, pero no prediques

Extermina por fanatismo, estupidez y negligencia, pero no te hagas fotos en la Casa Blanca.

Puedo excusarte el que mientas sin reposo, que desdeñes los miles de vidas, salud y libertades que han costado tu vanidad y negligencia, que ocultes y desprecies el dolor y el luto.

Puedo excusarte el que te alíes con los que odian al país y cubras de dinero y halagos a representantes de los asesinos del País Vasco y a los siempre traidores y mezquinos independentistas catalanes.

Puedo excusarte la infame actuación de los que tomas como mentores y precedentes cuando azuzaron, tras la gran matanza terrorista con bombas en trenes de Madrid, a las masas a asaltar las sedes del partido entonces en el gobierno en vez de perseguir a los asesinos, de manera que los tuyos se apoderaran del Estado y se repartieran sus despojos.

Puedo excusarte que hayas creado una contienda dual guerracivilista como único argumento de propaganda que te permita sembrar rencor y legitimar tus redes parásitas.

Puedo excusarte que intentes por todos los medios desguazar el país y repartirlo entre quienes te sostienen en la Presidencia.

Puedo excusarte el dispendio gigantesco, en un arruinado país, del erario para nutrir a la multiplicación de tus huestes con cargos públicos, ministros, ministriles y asesores y crear votantes dependientes.

Pero lo que no tiene excusa es el fatal crimen estético, el atuendo indeciblemente hortera de tu mujer, vestida de bandera estadounidense, en la recepción en la Casa Blanca, el de la luctuosa familia monster de tu antecesor que allí cuelga como ridícula muestra de España, tus impostados gestos de novicio medroso, tus inacabables arengas en la televisión a tu servicio, el tono con el que susurra a los equinos del rebaño tu visir, el pachulí sentimental con el que anegas al auditorio, la insólita estulticia de los nombres de tus ministerios, la masa de estupidez y cursilería de tus consignas, que hace tiempo alcanzó el punto crítico.

Y la conmiseración mal disimulada que tu oquedad de atributos despierta cuando intentas posar para la foto y te delata la apremiante ansiedad del nuevo rico por ser aceptado en el club de los de arriba.

Ésta es una muy real y seria llamada de socorro. De vosotros depende el cuánto y cómo de una vida.

Así pues, países (casi) todos los que podéis hacerlo, abridme vuestras puertas, acogedme y salvadme.

Rosúa

 

04/21/18

Capítulos y Artículos

De la Transición a la Indefensión. Y Viceversa tiene un desarrollo lineal -que se quiere esperanzado- pero admite lectura por capítulos, que funcionan como artículos

Y ahora, ¿qué va a ser de nosotros sin bárbaros?

Esas gentes eran, al fin y al cabo, una solución.

 P. Cavafis: “Esperando a los bárbaros”

Transiciones

Capítulos del libro De la Transición a la Indefensión. Y Viceversa.https://www.elrincondecasandra.es/capitulos-y-articulos/

Dualidad Bueno y Malo malísimo (Bulgaria, fresco).Dualidad Bueno y Malo malísimo (Bulgaria, fresco).

 

A la transición pacífica, desde un régimen dictatorial a otro realmente parlamentario elegido con todas las reglas del sufragio universal y las normas electorales, sucedió rápidamente en España la generación y mantenimiento de una estructura oportunista, incrustada en la deseable y genuina, de carácter esencialmente parásito, autolegitimada por la mitificación como el Mal absoluto del régimen anterior y sostenida por (cap. 1 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”CONTINUE READING 

03/15/17

Cómo Fabricar Transiciones

Cómo fabricar transiciones:

Paga tribus y tendrás muchas

 

La República Española. Museo de Melilla.

La República Española. Museo de Melilla.

En la España de las postrimerías del franquismo, en los años setenta y principios de los ochenta, hubo un primer proceso admirable por su pacifismo. Pero a la Transición A, la genuina, basada en valores tan positivos como el general deseo de concordia y la búsqueda del bien común ciudadano enmarcado en instituciones estables, libres, democráticas y similares a las de los países desarrollados europeos, siguió con lamentable rapidez la Transición B, que se desarrolló a partir y en el cuerpo mismo de la anterior, aunque con miras opuestas. Se sustenta en la elaboración y capitalización del antifranquismo como mito legitimador, y esto a todos los niveles, (cap. 2 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

La Estupidez Sin Esfuerzo

La estupidez sin esfuerzo

 

Al asalto del empleo público. (Mayo de 2011. Acampada de Indignados en Madrid)

De la categoría a la anécdota: La ignorancia, vagancia y desánimo plañidero es la generosa cosecha de una vasta y pertinaz siembra, el fruto del filtro a contrario favoreciendo la mediocridad por decreto y la generalizaciónde la ingeniería social basada en el victimismo, extraordinariamente rentable en tramos electorales de corto plazo y gran control de los canales comunicativos. Por ejemplo: No existe una maquiavélica conjura para lograr que los estudiantes nada sepan, que (cap. 3 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

La Enseñanza Como Botín

La Enseñanza como botín

 

Leonardo II

¿Para qué Leonardo? (Leonardo Da Vinci. Fragmento de “La Virgen de las Rocas”)

Pocos atracos pueden compararse a la apropiación, como botín, del entero sistema de Enseñanza. Merece el honor de clasificarse entre los robos más grandes jamás contados. Prueba de ello es la virulencia con la que se defiende, por sus ocupantes, el dominio del coto. Se trata, además, de un robo al que difumina la aparente inocuidad del sujeto. La Educación es un tópico (cap. 4 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

Educación Para La Indefensión

Educación para  la indefensión

 

En un lugar donde se aprenda…

 

Se trata del pensamiento, el saber, el sabor inconfundible de la excelencia que puede alcanzar lo humano. Los territorios de altura alguna vez, pese a todo, avistados son eliminados prestamente por la amnesia inducida cuando no por la denigración en nombre del igualitarismo. Están vetados la energía y el tiempo que debieron dedicarse a la reflexión, a la conciencia de la dificultad y el esplendor del razonamiento y de lo abstracto, a la imprescindible humildad del reconocimiento en otros de la grandeza que es el único camino para desarrollar la propia. Se les ha robado la riqueza y autonomía que dan lo aprendido,CONTINUE READING 

03/15/17

Salir De La Cárcel

Salir de la cárcel (para salir de la cárcel hay que verla primero)

 

El cuarto oscuro.

La cárcel, en la que aún se vive, ha durado demasiado tiempo. Ya, como el exoesqueleto de los artrópodos, no resulta cómoda y oprime por todos sitios al cuerpo social. Además comienza a escasear el rancho. Las premisas que, como las dos grandes puertas del Juicio Final, marcaban camino y categoría a justos y a réprobos, simplemente no eran ciertas, nunca lo fueron. Pero de ellas se amamantaron ideólogos y activistas, (cap. 6 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

Totalitarismo Light

Totalitarismo light

Preparando una Autonomía.

 Democracia e Igualdad: conceptos cargados en principio de dignidad e intenciones nobles no sólo se han vaciado, sino que se utilizan favoreciendo a sus contrarios, y transformándolos así en armas peligrosas para los principios que nominalmente defienden. Las más añejas tiranías, los asesinos legales más longevos, los sistemas a los que no les caben los muertos en ningún armario, las más letales dictaduras se han bautizado a sí mismos y cara al mundo comoDemocracias Populares, (cap. 7 de “De la transición a la Indefensión. Y viceversa”) Repúblicas Democráticas y Líderes del Pueblo.

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03/15/17

El Nuevo Arte De La Guerra

El nuevo Arte de la Guerra

En espera de demolición según la memoria histórica.

 No se trata de la obra clásica de Sun-Tzu, que analizó en la China del siglo IV a. C. todos  los factores de la estrategia bélica con la sabia finalidad de vencer sin luchar, pero existe hoy un nuevo Arte de la Guerra que tiene con el antiguo dos puntos en común: la utilización del miedo y la difusión de una moral dominante que permita someter sin dar batalla. Se trata simplemente del aprovechamiento de la guerra, (cap. 8 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

Del Latín Al Bable

Del latín al bable

Reparto de riquezas-Tapiz flamenco, Toledo.

Reparto de riquezas (tapiz flamenco, Toledo).

 

 

Nunca había sido tan rentable como en el siglo XX, y particularmente en España, declararse nacionalista, poner en pie todo un vasto edificio burocrático, enviar propaganda y propagandistas por el ancho mundo, nutrirse, como en el caldero mágico de Asterix, del cocimiento inagotable de los ancestrales agravios,  (cap. 9 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

La Era De La Marmota

La Era de la Marmota

¡Otra vez no!

 El absurdo, elevado a categoría y por ello difícilmente atacable, impregna las expresiones culturales de la vida española con una violencia coercitiva que condena al ostracismo a los escasos disidentes. No de otra forma se explica la inacabable y fiel repetición de los mismos tópicos especialmente visible en (cap. 10 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

Historia De Dos Postguerras

Historia de dos postguerras 

Berlín: El Muro.

Berlín: El Muro.

 

La maldición, aparentemente ancestral e inexplicable, que condena a España entre los países a ser aquél al que, como el del Ulises de Cavafis, es mejor llegar lo más tarde posible (o quizás no llegar), aquél del que incluso hay que renegar y rechazar cualquiera de los normales símbolos que utilizan sin complejos todas las naciones no es tópico inasequible al análisis. Sobre todo no si se van anotando sucesivos beneficiarios y circunstancias. cap. 11 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

Sabiduría Oriental O Cómo Acabar Con Las Corrupciones

Sabiduría oriental o cómo acabar con las corrupciones

El oro al peso (aeropuerto de Dubai).

El oro al peso (aeropuerto de Dubai).

 

Cuando la corrupción es institucional, legal y sistemática para mantener el estado de cosas  se impone una liturgia periódica de denuncia virtuosa. Hay que esconder, tras una fanfarria de hechos puntuales centrados en el delito personal, la colosal ruina del empleo estúpido, interesado y estéril del erario público, la financiación de obras pretenciosas y prescindibles, la permanencia del timo legal, la multiplicación de minigobiernos, cortes y satrapías. (cap. 12 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

Del Romanticismo Y Sus Estragos. España Parque Temático

Del Romanticismo y sus estragos:

España parque temático.

Ahogar las penas.

 Paralela a la España a secas, al país en el que se ha hecho todo lo posible para eliminarlo como tal de la percepción, del uso mismo de su nombre y de sus símbolos y tradiciones, existe la España B, construida según guión y a efectos de uso. Para su difusión en el extranjero se han gastado sumas ingentes y no se ha reparado en esfuerzos. Naturalmente se obtienen, y esperan conseguir una parte y otra allende y aquende, dividendos considerables. Es la marca B export,  (cap. 13 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

La Catarsis De La Tomatina

La catarsis de la tomatina

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El disidente Wang Weilin, sin duda muy malo, se opone a los tanques del P. Comunista Chino. Pekín 1989.

 Que se haya erigido en icono español de renombre mundial la lucha de todos contra todos a base de tomates no deja de ser adecuada metáfora del país. Aquí moros y cristianos, toreros y miuras son reemplazados por el sanguíneo producto hortícola que encuentra así una muerte más honrosa que acabar en una lata, (cap. 14 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

Variantes Del “Cui Prodest?”

Variantes del Cui prodest?

Niños judíos a los que la tribu de diferencial superior consideró de baja calidad. Museo del Holocausto, Washington.

 El romanticismo resiste mal la prueba del Cui prodest?, que consiste en observar prosaicamente el por qué, a quién y en qué han beneficiado las iniciativas que se creían fruto de impulsos idealistas más o menos loables y generosos aunque con frecuencia fallidos. No hay tales nobleza de miras ni inocencia; ni siquiera (cap. 15 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

El Filtro Inverso

El filtro inverso

 

El nuevo canon. Univ. Complutense de Madrid.

La realidad es bastante menos romántica que sus versiones bipolares al estilo del cómic. Desde muy pronto la Transición, indefinida y abierta por sus propias definición y naturaleza, comenzó a generar cultivadores, defensores y gestores de lo más bajo en formas de ser y de actuar de individuos y de sociedad, en una imposición de la fealdad, la inanidad profesional y formativa y la banalidad, ignorancia y grosería como normas; una especie de clubes de orgullos agresivos, marginales y gratuitosCONTINUE READING 

03/15/17

De Transiciones Y De Muñecas Rusas

De transiciones y de muñecas rusas

 

Sonrisas por doquier

Aunque el conflicto español entre la realidad y el deseo subvencionado (parafraseemos al poeta) es de peculiar gravedad no es único. Europa y por extensión el área de forma de vida con tradición occidental viven una sucesión de transiciones que encierran las unas a las otras como muñecas rusas. La ignorancia histórica de un pasado bastante reciente y que no debería ser olvidado junto con el halago popular en periodos gubernamentales de cuatro años ha impuesto la gratificación inmediata y la exigencia del (cap. 17 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

Del Esperpento A La Tragedia

Del esperpento a la tragedia

El totalitarismo parcelario de España es el del esperpento. Véanse proclamas entusiastas cuya incongruencia es de una estupidez tal que es difícil creer que se hayan pronunciado en serio: Alianza de Civilizaciones, según la cual tanto

Valle-Inclán con bufanda roja (la que está cayendo).

valdría la lapidación pública como el hábeas corpus, Prefiero morir a matar en boca de un Ministro de Defensa que, por supuesto, está cobrando por serlo, Oficina de Ideología de Género conveniente y lujosamente instalada en la ONU, Ministerio de Igualdad en el frontispicio de un edificio público (que no en una página de Orwell). Pero el volumen mismo de la estulticia oculta el del dinero que esto permite atesorar a los rentistas del invento. Nada hay de inocente, (cap. 18 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

El Monumento Al Olvido-11 M

El Monumento al Olvido-11 M.

Monumento al 11 M (al Olvido).

 Quien salga de la Estación de Atocha, en pleno centro de Madrid, tal vez repare, aunque es poco probable, en que en la plazoleta se alza un cilindro de poca altura. No pasará junto a él porque está fuera del acceso de los peatones y del tránsito habitual. Se alza sobre un reborde de hormigón mordido por el tráfico y su fealdad de superficie envejecida contrasta con sus vecinos, la hermosa planta de la antigua estación remodelada y el airoso frente del que fue Ministerio de Agricultura. Podría ser el respiradero de alguna obra subterránea, el acceso a un parking o la gran funda en plástico de burbujas (cap. 19 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

Galería

Galería

El Parlamento Español: Una galería más.

El Parlamento Español: Galería.

En el Parlamento español, Las Cortes, faltan retratos. De las salas cuelgan los de cada presidente y ministro, pero frente por frente, en la pared opuesta, podrían alinearse otros; aunque, por el desprecio cosechado, tal vez hallarían mejor hueco en el dibujo de la alfombra. Sobrenada en el imaginario, por su insignificancia, el de un señor pequeño y nada joven. Va vestido con aseo, peinado hacia atrás el escaso pelo gris sin implantes. Lleva con esfuerzo una bandera española. Hay poca gente en la plaza madrileña, es una de tantas manifestaciones de víctimas del terrorismo. El señor está solo, y digno, (cap. 20 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

El Ciudadano De Piranesi

El ciudadano de Piranesi

G. B. Piranesi: Cárcel Oscura.

 

La sensación de omnipotencia discurre, actualmente, paralela al peculiar, difuso, continuo sabor a indefensión profunda. Tal cosa parece, en principio, imposible por lo contradictorio: No lo es. Ambas corrientes coexisten. Todo puede saberse, mucho está al alcance de la mano, más todavía espera, en cuestión sólo de tiempo, ser clasificado y puesto en su casillero. Cada día es el final de la Historia, universal y propia, incluso la del recorrido mental por un cosmos cartografiado (cap. 21 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)CONTINUE READING 

03/15/17

La Postmodernidad Universal

La postmodernidad universal

Armenia mira al monte Ararat, que ya no es suyo, como las guerras perdidas (monasterio y monte Ararat. Armenia).

 Al menos el pequeño ciudadano no está solo. Nunca se encontró más acompañado y su angustia vital correspondería a l’embarras du choix, como dirían los franceses, a la dificultad de elegir entre las múltiples ofertas para emplear el ocio, los cientos de amigos virtuales, los senderos que se ramifican ante él a cada paso ofreciéndole algo, y alguien, mejor que lo que tiene. La disponibilidad infinita de un medio que se abre ante él como la barra libre en un inmenso supermercado choca frontalmente con (cap. 22 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

Hay Vida Ahí Fuera

Hay vida ahí fuera

Luna y Júpiter. De los tiempos en que el cielo era pequeño.

 En un vertiginoso descenso tierra a tierra, se descubre que la  indefensión y sus variantes, el Clan Parásito, el Gran Hermano Dual, el Chantaje Zurdo, en el que se atribuye el monopolio metafísico del Bien a un ente llamado Izquierda, la especial negatividad centrífuga que, como una maldición genética, parece cebarse con España no son sino fenómenos coyunturales y perecederos cuya dimensión agiganta la ausencia de competidores explícitos, la reiteración de los tópicos y el aparente fatalismo del pensamiento fácil. Las técnicas para su erradicación son simples. (cap. 23 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

Liberación

Liberación

Más que una calle. Cádiz.

 La pobreza del discurso es inseparable de la pobreza política, intelectual y social. Es inimaginable un Winston Churchill que se moviera con las muletas izquierdas/derechas. Si se hiciera pagar prenda en tertulias, televisiones, radios, aulas, editoriales y redacciones de periódico cada vez que se utilizan las palabrasderecha, izquierda, progresista reaccionario sin explicar a qué actos corresponden se habría dado un primer paso para la necesaria eliminación del gran tirano anónimo (cap. 24 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”)

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03/15/17

Yihadismo Y Nueva Dualidad

Yihadismo y nueva dualidad

Cines y plegarias Emiratos Árabes Unidos.

El terrorismo islámico llega para ser coronado como Rey antisistema, la antítesis vengadora de Estados Unidos, adornado de la fascinante y simple pureza del guerrero que sólo aspira a matar y a destruir la organización existente, que ofrece la seguridad de un credo de sumisión absoluta, la embriaguez de esa forma suprema de placer que es el poder de infligir terror y sufrimiento. Ocupa el hueco de iconos ya ajados de las esferas comunista, anarquista y neonazi. (cap. 25 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”).CONTINUE READING 

03/15/17

El Mundo “Árabe” Y Su Indefensión. Yihadistas Honorarios

El mundo “árabe” y su indefensión.

Yihadistas honorarios.

Necesidad de prohibir.

La mayor parte de los europeos ignoran que, lejos de hundir sus raíces en la noche de los tiempos, los usos medievales, primitivos, crueles y discriminatorios del área de mayoría musulmana estaban, hace medio siglo, en franco proceso de modernización y mejora, que en los países mal llamados por extensión árabes se estaba tejiendo una clase media deseosa de derechos semejantes a los de sus vecinos del norte, defensora de la separación Estado/Clero, de la igualdad educativa y el abandono de los velos. Por cada asesinado por el terrorismo islámico en suelo europeo ha habido diez, cien, mil en mercados, cementerios y lugares públicos de Oriente Medio. (cap. 26 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”).CONTINUE READING 

03/15/17

En Busca Del Individuo Perdido

En busca del individuo perdido

Pobres chicas malas. Fresco. Bulgaria.

La irracionalidad confortable está bien provista de armas no por toscas menos eficaces. Con profusión, por su carácter de bandera gregaria ajena al análisis concreto se airean regularmente los banderines de enganche de palabras-icono del tipo de paz, guerra, aborto, género (en el sentido sexual). Su finalidad, ajena por completo al examen específico de problemáticas y  a la toma beneficiosa y correcta de decisiones, no tiene más fin que precipitar en el líquido social elementos que se precisa, para manejarlos, que sean contrarios, antagónicos y empapados de la adrenalina adecuada a la exhibición de apoyo. (cap 27 de “De la Transición a la indefensión”).CONTINUE READING 

03/15/17

Rescate

Rescate

La civilización existe: Estatua romana y rosa.

 

El edificio dual tiene como preludio la Revolución Francesa, pero empieza probablemente con la difusión de los conceptos de Lucha de Clases y Sentido de la Historia. Entrados en esta dinámica, aparentemente dialéctica pero bipolar de hecho, los ideales de igualdad ciudadana se difuminan; persona, análisis concretos, civilización como resultado acumulativo de logros que generan un mejor vivir pasan a muy segundo plano, son cubiertos por el manto homogéneo de la necesaria pertenencia a uno de dos bloques antagónicos. (cap. 28 de “De la Transición a la Indefensión. Y viceversa”).CONTINUE READING 

03/15/17

Tiempo De Ideas

Tiempo de Ideas

Muchas más que dos.

Se buscan luces.

Es tiempo de ideas versus tiempo de tribus. La red ratonil es aún voraz pero también caduca. Antes de la plaga de las clientelas de la utopía, las utopías existieron. Como indicara Leonardo, cuanto se distingue y no pertenece a la Naturaleza ha sido primero una idea en una mente, para ir materializándose luego en lo que forma, con sus luces y sus sombras, cultura y civilización. Todo fue creación en alguien, (cap. 29 de “De la Transición a la indefensión. Y viceversa”).CONTINUE READING 

03/15/17

Tiempo De Precios

Tiempo de precios

El dinero de los muertos (Taiwán).

Por supuesto que las utopías valen la pena, pero no las pagadas con la piel de otros. Las actuales piden implicación personal mucho más que llanto y mito y su ejercicio incluye un incómodo peaje en el recorte de parcelas de comodidad y no poca modestia en la aceptación de las mejoras obra de otros, sean quienes fueren, y la constatación de que lo mejor es enemigo de lo bueno. La costumbre de pagar, o al menos reconocer, el precio de cuanto bien se desea o se disfruta está tan oculta por ofertas electoreras de felicidad todo a cien, por el interesado dogma de la gratuidad extendido por las clientelas utópicas y por la doctrina, incrustada en la opinión, de la eterna deuda injusta que el rescate del principio de realidad no es tarea fácil. Se ha extendido el consumo de una peligrosa droga: (cap. 30 de “De la Transición a la indefensión. Y viceversa”).CONTINUE READING 

03/15/17

Transición Final De Trayecto

Transición final de trayecto

Paul Delvaux y la especial soledad de las estaciones.

Adiós, Transición, adiós. Fue hermoso mientras duró quizás por el empeño en creer que lo era. Es posible que a la inocencia y afán de ese empeño se debe el paso franco ofrecido pronto a la vileza. Tuvo el atractivo de la juventud, del principio de algo que es un simple umbral, una promesa no avalada por los actos, asentada en la negación infantil de lo existente, en los ritos de afirmación de guerrilla urbana, de valientes desafíos que no habían existido. Y en España su parte más noble de solidaridad e ilusiones fue rápidamente secuestrada por los que pretendían, y lograron, hacer de ella su durable y provechosa parcela. (cap. 31 “De la Transición a la indefensión. Y viceversa”).CONTINUE READING 

03/15/17

Un Mundo De Transiciones

Un mundo de transiciones

 

Jinete mongol poniéndose al día.

España no es ciertamente la única embarcada en cambios perceptibles de etapa, ni tiene el copy right del producto Transición. Aquello a lo que ella se enfrenta con la sensación inconfundible de paso a otra época sucede también en diversas medidas en el área occidental a la que pertenece, mientras que en el resto del mundo cada cual intenta resolver a su vez contradicciones que recuerdan a los dolores de crecimiento de los adolescentes. Tal vez se trata del fin de la infancia del que hablaba Arthur C. Clarke, del paso de la omnipotencia infantil al sano, y a la larga mucho más gratificante, principio de realidad. (cap. 32 de “De la Transición a la Indefensión”).CONTINUE READING